
Todo comenzó hace 50 años, mi abuelo tenía la Sastrería del pueblo y mi padre un negocio de telas en el pueblo de al lado, Sanchidrian. Mi padre iba todas las semanas, en carro, a vender a mi abuelo las telas que necesitaba para La Sastrería y allí abriendo la puerta estaba mi madre.
El vendedor de telas y la hija del sastre se enamoraron y después de muchos años de noviazgo, que era como se estilaba entonces, se casaron.
Y aquí estamos nosotras, que no sabemos coser pero que gracias a ellos hemos podido poner en marcha esta nueva Sastrería.
Todo gracias a mi padre, mi abuelo y a las dos mujeres que mejor saben coser del mundo, mi madre y mi abuela.
Isabel y Mercedes Llorente